2006-07-17

Aquel extraño ciclo del agua..

He aquí el siempre irreverente e indómito río Bío-Bío. El mismo que marcara la infranqueable frontera invasora por siglos, el mismo que serpentea caudaloso hoy hasta dejar en el mar y en sus sedimentosas arenas los rastros de su arrogancia y su ímpetu.

El río está vivo, bien lo saben Hualqui, Chiguayante, Santa Juana, Hualpencillo, Concepción, San Pedro... todos lo miran y lo dejan pasar, y por si fuera poco, según su ánimo les arrebata lo que pueda abrazar el ancho de su caprichoso lecho marrón. Sus correntosos oleajes fluviales cargan lastimosos gritos de desconsuelo, sacrificios humanos, semillas frescas, recuerdos, maderas y techos, árboles y animales, nada se salva, porque el gran océano succiona y clama.

Volverá a sentirse humillado hacia fines de enero cuando llegue cojeando y arrastre sus humedales con pereza mientras algún bi-motor Sesna le quite suspiros en la lucha contra los designios de otro pirómano de los bosques penquistas. Para entonces nos olvidaremos por un momento de su ira mesiánica, la cual volverá a masticar para vengarse lentamente, como tantas veces olvidada, como tantos otros inviernos criollos.. con la ayuda de Endesa, por supuesto (compuertas en Ralco?). Es éste el extraño ciclo, ya no sé si del agua. Quizás rara mezcla entre naturaleza(porfía) humana y el precioso elemento. Ciclo al fin.